
Y así fue que me enfrasqué en la tarea de hacer este cojín que lleva nada más ni nada menos que cien pétalos. Como parece una flor, recordé lo que siempre decía mi mamá: resulta que ella cuando se jubiló hizo muchos cursos para estar siempre activa. Y uno de esos cursos era de arreglos florales....(ya me dirás la utilidad de saber hacer arreglos florales...) Bueno, resumiendo, ella decía que cuando hacías algo con flores siempre tenían que ser en número impar. Fue así que los pétalos de este cojín no fueron cien, si no ciento uno...


En el centro lleva dos yo-yos. Uno que es un maxi yo-yo, y otro más normal. Usé además un botón de madera rústica en forma de corazón que traje de París. Traje uno, sólo uno. Porque cuando una va a las ferias y ve cosas que luego no encuentra en la mercería del barrio, qué es lo debe hacer? Comprar variedad y cantidad? Pues no. Para qué...si para qué voy a querer dos...;-))


Usé telas con la idea de darle un aspecto bien "scrappy". Creo que finalmente fueron cincuenta y pocas telas, repitiendo dos veces según me gustase más o menos ese estampado.
Para ello tuve que desarmar unos cuantos PIGS (project in grocery sack: proyectos todavía guardados en la bolsa de la tienda) Cuando tengo en mente algún proyecto voy comprando telitas y guardándolas dentro de una bolsa etiquetada con el nombre del proyecto. Son mis PIGS. Así que tuve que recurrir a abrir varias de esas bolsas que contenían verdaderos tesoros para mí. Aquellas telas que tienen la combinación perfecta entre ellas.
Muchas son de Yuwa, una de mis favoritas, otras Lecien, RJR etc etc.